Hoy me ha tocado levantarme temprano. No importa. Hay una concentración de motos que creo llaman Matinal, porque es por la mañana seguro (que lista que soy) Este pueblo está situado al sur de Castellón, a unos 27 km. Pues allá vamos. Llegamos allí y nos meten en una nave con música roquera. Pagamos 5 € y nos dan bocadillos, patatas fritas, aceitunas, cacahuetes y todas las bebidas que quisiéramos, sobre todo cerveza. Cuando terminamos nos dan una vuelta por el pueblo para por fin llegar a la playa. Allí terminamos en un bar donde esta vez solo nos dan bebidas. Damos un paseo por allí y me gusta lo que veo. Hay como, bueno yo le llamo espigón pero sería más acertado llamarlo pasarela. Es de madera y el final es una placita redonda y en el centro una farola con un banco para sentarse y admirar el mar. Que por cierto hoy esta precioso, bueno como siempre, el mar es algo que me atrae mucho y el pasear cerca del mar y sentarme enfrente leyendo un libro es una de las cosas que más me gusta hacer en invierno. No es una visión romántica, lo hago casi todos los domingo, el vivir en Castellón me facilita mucho esta afición. En el mar hay un detalle que me ha parecido curioso, hay un ramito de flores sumergido. Yo me figuro que han echado las cenizas de alguien en este lugar. Como digo la playa es preciosa, pequeñita y en algunas zonas con rocas pero muy bonita. El pueblo también es pequeño de unos 2.600 habitantes, aunque solo me da lugar a ver su iglesia de la Asunción de Santa María del siglo XVII y de estilo barroco y neoclásico. En la entrada hay una rotonda con una barquita significando su tradición marinera y en la playa donde aparcamos hay una plaza dedicada a la Armada Española. En fin, no ha estado mal aunque por la mañana hacia un frio que me he tenido que poner bufanda y chaqueta aunque a la vuelta me las he tenido que quitar porque ya pesaban.
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